Primeras decisiones de Gobierno reflejan las prioridades de Sheinbaum

. LOBO NEGRO. ………………………..

Claudia Sheinbaum necesita trascender las inercias y depender menos del pasado. Pero a la luz de sus primeras decisiones, no parece ir por ese camino.

Por ejemplo, en materia de energía eléctrica, mantendrá el modelo centralizado de López Obrador, que prioriza a la CFE, limita la participación privada y obstaculiza la transición a energías limpias. Esto no sólo compromete la confiabilidad del sistema eléctrico, sino que contrasta con las tendencias globales de inversión en fuentes renovables y contradice la vocación expresa de la propia presidenta en pro del medio ambiente.

También priva la misma lógica de centralización al designar a Omar García Harfuch como una especie de “supersecretario” que personifica la estrategia nacional de seguridad. Esto, en un contexto donde la militarización de la seguridad pública, las reformas que amenazan la independencia judicial y la ampliación de la prisión preventiva oficiosa vulneran derechos fundamentales de las personas.

Por último, en su Paquete Económico 2025, el dispendio de su predecesor ha obligado a Sheinbaum a reducir el déficit público en 2% del PIB (la mayor contracción para un inicio de sexenio en 35 años). Un ajuste que implica recortes en inversión e infraestructura y gasto social.

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Un presupuesto amarrado al pasado. Luis Rubio, presidente de México Evalúa, en su columna titulada “Pasado y futuro” reflexiona que el presupuesto refleja las prioridades y perspectivas del Gobierno. Sin embargo, con frecuencia, el pasado se convierte en un obstáculo al incrustarse en leyes y partidas intocables.

Esto limita la capacidad de los gobiernos para innovar y construir el futuro. La educación, la salud, la infraestructura y la seguridad son pilares esenciales para un desarrollo sostenible, pero en México estos rubros siguen atrapados en dinámicas políticas y falta de visión. El presupuesto debe ser la herramienta para romper con inercias, abordar los problemas estructurales y construir un futuro que responda a las necesidades de la población.

Ajustarán el déficit a costa de la inversión y gasto social. El alto endeudamiento con el que López Obrador cerró su sexenio complica el inicio del mandato de Claudia Sheinbaum, quien debe reducir el déficit fiscal en su primer Paquete Económico 2025 en 2% del PIB, la mayor disminución para un inicio de sexenio en 35 años.

Este ajuste implica un recorte del gasto público respecto a 2024 en infraestructura, salud, educación y seguridad pública, entre otros. Además, por cada peso de deuda, solo 59 centavos se destinarán a inversión, lo que contraviene la Regla de Oro de la deuda y afecta el desarrollo económico. El panorama podría empeorar si no se cumplen las estimaciones optimistas de ingresos y crecimiento económico. Un análisis del Programa de Gasto Público.