Atender la grave situación en Chiapas ante el asesinato del sacerdote indígena Tzotzil, defensor y constructor de Paz

. EDMUNDO OLIVARES ALCALA. ……………….

Las organizaciones y personas que confluimos en este comunicado leímos con una profunda indignación y tristeza la noticia del asesinato del sacerdote católico Marcelo Pérez Pérez, en el estado de Chiapas, México, quien falleció después de recibir un disparo con un arma de fuego al salir de misa en el barrio de Cuxtitali. Sicarios a bordo de una motocicleta le dieron muerte a las 7:45 a.m. del domingo 20 de octubre de 2024.

Somos cinco articulaciones enfocadas en colaborar para alcanzar condiciones de una paz justa y digna en México y la región desde diferentes espacios, herramientas y perspectivas y podemos dar testimonio de que el padre Marcelo Pérez fue un constructor de paz y un defensor de derechos humanos congruente y valiente, que entregó su vida a la lucha por el respeto a las personas, comunidades y pueblos indígenas de México.

Denunció decenas de veces, desde hace cerca de dos décadas, los abusos de poder por parte de los gobiernos y las redes de criminalidad que actuaban vinculados en el estado de Chiapas en diferentes territorios y parroquias de la zona de los Altos.

En múltiples ocasiones recibió amenazas contra su vida, razón por la cual contaba con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Se vinculó a múltiples esfuerzos colectivos para la construcción de paz en México y en Chiapas, en los cuales trabajamos de manera compartida y pudimos reconocer y aprender de su inquebrantable espíritu de lucha por la verdad y la justicia, así como de su gran inteligencia puesta siempre al servicio de las causas más justas.

Como personas y organizaciones abocadas a la construcción de paz en México, este hecho nos llena de dolor, frustración y terror. Por ello, no podemos quedarnos calladas ante tan lamentable pérdida para el país, para las comunidades del estado de Chiapas y frente a su labor de lucha por una paz justa, digna y verdadera.

Hacemos un llamado a las autoridades para hacer las investigaciones que conduzcan al esclarecimiento del caso, a sancionar a los responsables de este delito y a que se prioricen acciones en los órdenes federal, estatal y municipal para generar las condiciones de paz y justicia en el estado de Chiapas.

Es también nuestra responsabilidad -como articulaciones que representamos a un amplio sector de la sociedad civil organizada para exigir y aportar a la paz y la justicia- llamar a las autoridades, a reconocer, junto al resto de la población, la gravedad de las condiciones de violencia que se viven en Chiapas y México, las cuales se están agravando particularmente en los territorios de las comunidades y pueblos originarios con un aumento alarmante de despojos, desalojos, desapariciones y asesinatos.

Convocamos asimismo a priorizar frente a cualquier otra agenda, la colaboración para transformar las condiciones estructurales que determinan las violencias en el país, ante el contexto marcado por un profundo vínculo entre el poder político y el crimen organizado que se ha configurado desde hace varios sexenios en el país.

Llamamos a un diálogo que nos permita contribuir y unir esfuerzos con la urgencia y la prioridad que este contexto de violencia desbordada necesita.

Sobre todo, llamamos a organizarnos para actuar desde todas las instancias y con todos los recursos posibles locales, nacionales e internacionales para avanzar, de manera efectiva, colectiva y coordinada a la eliminación progresiva y sostenida de este contexto de violencia insoportable.