A BOTAPRONTO POLÍTICO
- Chronos
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GUSTAVO SANTOS ZÚÑIGA. ……………………………………..
¿Inteligencia artificial, oportunidad o riesgo?. Hoy los seres humanos estamos ante un reto jamás experimentado y, en la última década, la inteligencia artificial ha emergido como una fuerza transformadora en casi todos los aspectos de nuestras vidas.
Desde asistentes virtuales hasta autos autónomos, la IA está redefiniendo la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos con el mundo que nos rodea. Sin embargo, junto con las promesas de avances revolucionarios, la IA también plantea una serie de retos y desafíos que debemos abordar de manera proactiva para aprovechar al máximo sus beneficios y mitigar sus riesgos.
La inteligencia artificial (IA) revoluciona la forma en que opera prácticamente todo, afectando tanto las funciones críticas de la gestión de talento organizacional, como beneficiando los procesos de productividad.
La Ley de Inteligencia Artificial señala a los sistemas IA de alto riesgo como herramientas a las que hay que vigilar por su gran impacto en derechos y libertades.
Esta norma hace referencia a aquellas aplicaciones de inteligencia artificial que tienen un impacto significativo en los derechos fundamentales de las personas. Según la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, un sistema de IA se considera de alto riesgo si su uso puede suponer un peligro serio para la seguridad, los derechos o la libertad de los individuos.
Esta clasificación se hace con base en varios factores, incluyendo el sector en el que se aplica y el impacto potencial que tendría un fallo en el sistema.
Participantes internacionales expertos en el tema afirman que, si bien la IA ha demostrado ser una herramienta poderosa para optimizar tareas y mejorar la eficiencia, también trae consigo una serie de desafíos que se deben enfrentar para aprovechar al máximo su potencial.
Los retos van más allá de la implementación de nuevas tecnologías; implican cambios profundos en la cultura organizacional, el entrenamiento de los colaboradores y la gestión del talento.
Uno de los retos más urgentes es garantizar que la IA se desarrolle y utilice de manera ética y respetuosa con la privacidad. Esto incluye la protección de datos personales y la prevención de sesgos algorítmicos que puedan perpetuar la discriminación.
A medida que la IA automatiza tareas tradicionalmente realizadas por humanos, es probable que surjan desafíos relacionados con la pérdida de empleos y la necesidad de reentrenamiento laboral.
Los desafíos que vienen también se plantean en términos de seguridad, ya que los sistemas de IA pueden ser vulnerables a ataques cibernéticos y manipulación maliciosa y a medida que se vuelve más omnipresente, es necesario desarrollar marcos regulatorios y políticas efectivas para garantizar su uso responsable y ético.
Por otro lado, la IA también genera una enorme oportunidad y tendrá un gran potencial para revolucionar la atención médica, mejorar el diagnóstico, personalizar el tratamiento y la gestión de datos médicos.
En el tema ambiental se podrán abordar los desafíos y optimizar el uso de recursos, predecir desastres naturales y mejorar la eficiencia energética. La IA puede transformar la educación al ofrecer experiencias de aprendizaje más personalizadas y adaptativas.
Me parece pues que habrá que replantearnos la eficacia y/o eficiencia de la inteligencia artificial, especialmente en sectores como la atención sanitaria, la automoción (vehículos autónomos), la justicia penal, la contratación laboral y la educación.
En estos sectores, el uso incorrecto de la IA ya ha mostrado tener consecuencias graves. Por tanto, es prioritario abordar estos retos de manera abierta, incluyente y multidisciplinaria para garantizar que la IA se desarrolle y utilice de manera ética, equitativa y responsable.
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