A BOTAPRONTO POLÍTICO
- Chronos
- 23 mar
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GUSTAVO SANTOS ZÚÑIGA……
La “verdad” estilo 4T. En el contexto de las catástrofe o tragedia vividas durante la gestión de los cuatrotreros en la CDMX y ahora en el país, el pueblo bueno y su inagotable solidaridad nos permite tomar conciencia de nuestra propia vulnerabilidad y de lo importante que es, como sociedad, la noción de que somos dependientes unos de otros.
Nuevamente los mexicanos; la sociedad civil, los empresarios, la gente de bien pues, ante la aparición de los hornos clandestinos de exterminio encontrados en Teuchitlán: expresión de la desaparición, reclutamiento forzado y exterminio sistemático de personas, en especial jóvenes en México, lanza un ya basta ¡¡.
A pesar de la desinformación gubernamental, la manipulación mediática y del borrón y limpieza profunda de la escena del crimen, ya nada evitara que los mexicanos cobren factura al partido Morena y sus nefastos “servidores” y serviles funcionarios públicos, en los tres niveles de gobierno.
Los pésimos gobiernos federal, estatales y municipales, así como su maldita herencia; el crimen organizado, el narcotráfico, la inseguridad la corrupción e impunidad, han sido denunciados hasta por sus sucesores (todos morenos), quienes han revelado tropelías de los protegidos.
Terquedad total y oídos sordos respecto a las palabras hasta de los suyos; verbigracia, para quienes fungen o pertenecieron a la elite de morenarcos, por no decir más.
Morena vive una crisis interna que hace que las series de televisión epigmenso parezcan cuentos de hadas. Hay dos bandos claramente identificados: los de abajo que cobran un miserable “apoyo” económico, que ponen el sudor, las banderas y la garganta, y los de arriba, que disponen de recursos públicos, abusan de cargo, el sueldo y la indiferencia.
Por un lado, tenemos a los militantes de siempre, esos que llenan camiones, cuidan casillas y repiten con el fervor la homilía mañanera. Lástima que la gratitud de la dirigencia solo dure lo que dura el escrutinio de los votos.
Los gobiernos de Morena ha demostrado que, lo suyo, es descalificar, mentir, ignorar, acusar al pasado, imponer, todo en aras de la impunidad que actualmente se vive en México. Hoy las contradicciones y promesas rotas erosionan la confianza ciudadana. Urge a nuestra nación un gobierno que no solo hable de transformación, sino que actúe con congruencia y resultados
tangibles. El problema es que la militancia comienza a hartarse de ser comparsa en su propia historia. No es lo mismo luchar por un movimiento que ser el telón de fondo de un desfile de ambiciosos. Y aunque la dirigencia cree que puede seguir operando en su burbuja de triunfalismo, la realidad es tozuda: cuando la base deja de creer, los mitines se vacían y los votos desaparecen.
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