A BOTA PRONTO POLITICO
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GUSTAVO SANTOS ZUÑIGA. ……………….
Impuestos y SAT pegan a bolsillo de mexicanos. Con medidas desesperadas para lograr ingresos que les permita un flujo de efectivo rápido el Gobierno Federal se saco de la manga, como buenos mandrakes malabaristas, una larga lista de aumentos fiscales que impactarán directamente en el bolsillo de los mexicanos. Aunque Hacienda insiste en que “no habrá nuevos impuestos”, lo cierto es que se contemplan 26 ajustes a gravámenes ya existentes, que van desde refrescos hasta videojuegos y tabaco.
El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para las bebidas azucaradas tendrá un aumento importante: de 1.64 pesos por litro a 3.08 pesos. Esto significa que una botella de refresco de dos litros, que hoy cuesta alrededor de 38 pesos, podría alcanzar hasta los 45 o 47 pesos dependiendo de la marca y la cadena comercial.
Sume Usted distinguido lector que, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), anunció un endurecimiento en las reglas en el trámite del Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y la firma por parte de las empresas. El objetivo de las autoridades es reforzar el control fiscal y tratar de recaudar a diestra y siniestra para enfrentar la falta de recursos que actualmente padece la administración morenista.
Por tanto, en el primer trimestre de 2025, la deuda externa de México se situó en 623, 302.60 millones de dólares, un máximo histórico para nuestro país. Con 352 votos a favor y 128 en contra, la Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2026.
La iniciativa que proyecta un nuevo endeudamiento de 1.7 billones de pesos fue aprobada por la mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Trabajo (PT). Los diputados también votaron a favor de un endeudamiento externo de neto de más de 15 mil millones de dólares para financiar el gasto público en el 2026.
Es decir, contra la promesa de la “austeridad republicana” en las administraciones de los morenarcos, el gasto público llegó a niveles nunca antes vistos. Aún así, no hubo mejoría en salud, seguridad, educación o inversión. ¿En qué se gastó entonces? En 2019, primer año del sexenio pasado, se llevaron a cabo políticas de austeridad y se mantuvo el gasto neto del sector público al mismo nivel que en el Gobierno precedente, el de Enrique Peña Nieto. Es decir: 23.1% del producto interno bruto (PIB). Sin embargo, a partir de 2020 comenzó a pisar el acelerador al presupuesto. Lo hizo a través de un mayor endeudamiento.
El gasto neto del sector público se refiere a la cantidad total de recursos ejercidos por el gobierno federal para cubrir todas sus funciones, como educación, salud, seguridad e inversión. Incluye también el ejercicio de recursos de las empresas del Estado como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex), así como del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). La administración cuatrotrera llevó el gasto total a 9.1 billones de pesos o 27% del PIB, el máximo nivel que se tenga registro desde 1990.
El monto total ejercido en 2024 fue casi cuatro puntos porcentuales superior a ese 23.1% del PIB registrado en el último año de Peña Nieto y más de tres puntos por encima del 23.7% del PIB al cierre de la administración de Felipe Calderón en 2012. Este incremento marca un uso sin precedentes de los recursos públicos, con implicaciones para la estabilidad fiscal y las decisiones presupuestarias futuras. El despeñadero pues.
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