A BOTA PRONTO POLITICO
- Chronos
- 16 oct
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GUSTAVO SANTOS ZUÑIGA. ………………………..
4T, opacidad, negligencia y manipulación. Los múltiples acontecimientos ocurridos en la última semana en nuestro país; desastres naturales, inundaciones, deslaves, cientos de comunidades afectadas, sin luz, agua o víveres para subsistir ante la negligencia gubernamental para atender a los miles de damnificados, la presidenta con (Ade aberración) se ha visto obligada, durante sus recorridos, a escuchar los reclamos de miles de personas afectadas y familiares de víctimas, fallecidas o desaparecidas que han pedido las gobernadores, presidentes municipales y funcionarios del gobierno cuatrotrero por la su ineficiencia, insensibilidad y actuación omisa ante la tragedia en sus comunidades.
Miles de familias han perdido su vivienda, sus bienes y, en muchos casos, la esperanza de recibir apoyo oportuno. Frente a esta tragedia, el gobierno federal ha mostrado una alarmante pasividad. La inacción se debe a la eliminación de fondos y programas destinados a emergencias, como el Fondo de Desastres Naturales y el Ramo 23 del Presupuesto de Egresos, que antes permitían atender de manera inmediata a las comunidades afectadas.
Desastres naturales representan una amenaza constante para México, y la indefensión ante estos fenómenos se agrava por la indolencia, discrecionalidad e ineficacia del gobierno de la Cuarta Transformación (4T).
En un contexto donde huracanes, inundaciones y sismos azotan comunidades vulnerables, la falta de mecanismos claros para la atención de emergencias deja a miles en la intemperie, sin recursos ni apoyo inmediato.
Esta situación no es solo un fallo administrativo, sino una negligencia que pone en riesgo vidas y economías locales, exacerbando la desigualdad en un país propenso a eventos climáticos extremos. Una de las mayores críticas radica en la discrecionalidad con la que se asignan los recursos. En lugar de criterios objetivos basados en necesidades, la ayuda parece fluir hacia alineados políticamente, dejando a opositores o zonas no prioritarias en el abandono.
Es pues evidente que el "gobierno" de morenarcos fue rebasado por la falta de presupuesto para dar mantenimiento a los cárcamos y sistemas de bombeo, los que gravemente contribuyó a la ineficiencia de la infraestructura de respuesta a las lluvias y otros desastres naturales.
En definitiva, los gobiernos federal y de los 28 estados afectados, incluyendo cientos de municipios en situación de emergencia, no alertaron correctamente a la población, porque al eliminar el Fonden, en el sexenio pasado, se desarticuló el área de Protección Civil Federal, entonces no hay la comunicación, ni acciones correctas entre los tres órdenes de gobierno. La indolencia del gobierno federal se evidencia en la ausencia de protocolos claros para la liberación de recursos.
En lugar de una respuesta inmediata, florece la manipulación oficializada desde Palacio Nacional mientras que las comunidades deben navegar por laberintos administrativos que demoran la ayuda crucial en las primeras horas críticas.
Esta discrecionalidad no solo retrasa la recuperación, sino que fomenta la corrupción y el favoritismo político, dejando a los más necesitados en un limbo de espera interminable.



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