PESQUISA POLÍTICA

Primera de cuatro partes

Después de una tregua de frío y angustias, Las Bartolas “modernas” levantan la voz ante la serie de irregularidades que han cometido funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), de la Ciudad de México (CDMX), quien encabeza el Doctor, José Ramón Amieva Gálvez.

A raíz de una entrevista llevada al cabo en el programa de radio “En buena Onda” que conduce Fernanda Tapia, por “W” Radio, y por el artículo publicado en el portal “El Solidario de México”, hoy “Crhonos”, sobre la verdadera situación que prevalece en los comedores comunitarios, se han registrado un sinnúmero de delitos, hasta el crimen de una de estas mujeres.

Elizabet Tapia, Directora General de “Casa de la Luna A.C”, señaló que Guadalupe Beltran, quien era administradora del comedor comunitario DIF, Iztapalapa, fue asesinada por cuatro sujetos, poco después que se presentaron a denunciar las anomalías que se cometen contra ellas.

La situación que viven las mujeres en los comedores comunitarios, es preocupante, dijo.

Las Bartolas “modernas”, con unos cuantos pesos pagan la renta, el teléfono, la luz, el gas, verduras, frutas, lácteos, y otros artículos perecederos, con sueldos raquíticos, sin prestaciones de ley, ni seguro médico ni vigilancia ni cámaras de video. Ellas han tenido que desembolsar dinero para cumplir con los más necesitados.

Atrás del trabajo de estas mujeres, que día a día dan de comer, en sus colonias, a todo aquel que toque sus puertas, es arduo y hasta peligroso, porque no pueden denunciar las anomalías que cometen las autoridades de SEDESOL CDMX, porque con su vida pagan su osadía.

Muchas veces la jornada es extenuante y desesperante, dijo la activista de Derechos Humanos.

Todos los días con pocos centavos tienes que cocinar para alimentar a más de doscientas personas, y por lo general varias piden doble reacción, no se les niega la comida ya que para, hombres, mujeres, ancianos y niños, representa su único alimento del día.

Con 10.00 pesos que cobran Las Bartolas, tienen que cubrir los sueldos de las administradoras de los comedores y los empleados.

Los funcionarios presumen de los comedores, pero en la realidad, es todo lo contrario.

Desembolsan más por la publicidad que se hacen por radio, televisión y prensa escrita, que el dinero que aportan para alimentar a la gente que lo necesita. No se puede seguir maquillando la situación.

Supuestamente la SEDESOL es la dependencia de Estado, a la que según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal le corresponde la dirección y el aporte de ideas para el combate de la pobreza, además de la coordinación de los diferentes organismos para trabajar todos.

Pero el gobierno del Ejecutivo local, Miguel Ángel Mancera, se mantiene al margen para que su flamante titular de SEDESOL, vacacione en Milán Italia, hablando del éxito de dar de comer a tanta gente.

En el lejano país José Ramón Amieva Gálvez dijo que se sirven más de 72,000 comidas “completas” a bajo costo, cuando ni siquiera visita los comedores comunitarios.

Cabe mencionar que la mayor parte de la gente que acude a estos comedores comunitarios son de la tercera edad, personas de pocos recursos económicos y niños que no tienen donde alimentarse.

Las mesas que se utilizan están absoletas, algunas personas han sufrido accidentes.

El GCDMX, se glorifica con “bandera “ ajena, porque el dinero que el presupuesto que debe destinar a este programa, es solo de palabra, en los hechos es todo lo contrario.