SE DEBE IMPULSAR ECOLOGÌA INTEGRAL
- Chronos
- 4 nov 2015
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En el foro “La pobreza y el cambio climático. Presentación de la Encíclica Laudato Si”, senadoras, especialistas e integrantes de la Iglesia Católica analizaron este documento del Papa Francisco y coincidieron en la necesidad de impulsar una ecología ambiental, económica y social que sea incluyente, menos agresiva con la naturaleza y más justa con la población que se encuentra en situación de marginación.

La senadora Silvia Garza Galván, presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático, aseguró que no se trata de un asunto para creyentes, sino de un tema “para todos los habitantes del planeta”, ya que “más allá de la fe que profesemos o si somos ateos o de cualquier otra religión, lo que aquí nos une este día es nuestro interés para la preservación de nuestro hogar, de nuestra madre tierra”.
Indicó que el Senado de la República es un espacio abierto, plural y diverso, por lo que este tipo de encuentros permiten escuchar el punto de vista de todos los sectores, para no descartar ninguna de las voces del país.
En tanto, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, Nuevo León, comentó que este documento papal se inscribe en un movimiento teológico que busca recordar la responsabilidad que el ser humano tiene con el cuidado de la naturaleza. Además, enfatizó, el tema de la ecología forma ya parte de la enseñanza social de la Iglesia.
Mencionó que la justicia y la caridad son los criterios que deben prevalecer a la hora de la distribución de los bienes, porque es preciso deshacer la compleja y dramática relación que existe entre crisis ambiental y pobreza. El medio ambiente es un bien colectivo, por lo que la responsabilidad de su cuidado es de todos, personas e institucionales, apuntó.
En este sentido, dijo que el daño al medio ambiente afecta a los más pobres, en especial a los pueblos indígenas, quienes tienen una relación especial con la tierra, pues ésta es una expresión fundamental de su identidad.
María Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), manifestó que la Encíclica está del lado de la vida, de la defensa del planeta y en contra de las formas de producción y consumo insustentables e injustas; además de que plantea el reconocimiento de que crisis socioambiental que es compleja, y que se debe atacar de manera integral.
En términos científicos, agregó, la Encíclica plantea principios conocidos en el medio académico, pero le da una dimensión de vanguardia al ser sostenida por un liderazgo espiritual, pues combina un llamado a acabar con la pobreza y la injusticia, con el rescate y la defensa de la naturaleza.
A su vez, Román Uribe, presidente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), señaló que muchos pobres dependen de las reservas naturales y de los servicios ecosistémicos como la agricultura, la pesca y los recursos forestales, pero son afectados por los fenómenos relacionados con el calentamiento global.



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